15º reto

La Atenas de Pericles, paradigma de  libertad y democracia, ocultaba en su propia esencia el germen que progresivamente la iría consumiendo: la corrupción. Casualmente, la isonomía, en un inicio propulsora del auge económico y militar ateniense, fue carcomiendo los cimientos de un estado obsesionado con la política. La igualdad radical que proponían algunos demagogos chocó pronto con la mentalidad agonística de la viejas familias aristocráticas, provocando de esta manera continuos conflictos sociales. Los políticos populares, armados de una poderosa retórica, se ganaron al pueblo, en muchas ocasiones inculto y embrutecido. Poco importaban los intereses reales de las clases dirigentes cuando se repartía el grano y otro tipo de prebendas de forma gratuita.

Por estos motivos, la democracia era insostenible sin el favor del pueblo, y éste sólo se podía conseguir atendiendo a sus demandas o vilipendiando a los críticos con el sistema. Para ello, muchos demagogos echaron mano de personajes siniestros, que en algunas ocasiones nos recuerdan a los periodistas que hoy en día pueblan las numerosas tertulias desinformativas. Como éstos, los siniestros personajes se encargaban de crear bulos y maledicencias contra los rivales políticos, los cuales pronto se veían en la tesitura de tener que contratar a otros personajes parecidos a éstos para defenderse. Con el tiempo, la Atenas de Pericles se trocó en una polis donde todo el mundo estaba bajo sospecha. La democracia, en pocos años, fue sinónimo de chantaje,  demagogia y corrupción. Como veis, no han cambiado tanto las cosas desde entonces. Nada nuevo bajo el Sol...

En el reto de hoy queremos saber:

1. Nombre de los personajes siniestros.

Pistas: No eran los sofistas...

Aviso: ¡Qué difícil!