17º reto

Siendo consciente del enorme número de horas que algunos van a dedicar a la preparación de los próximos exámenes, hoy he optado por escribir un reto sencillo.

La educación que hoy conocemos, resultado tanto de la Ilustración como de los reformadores del siglo XIX, dista mucho de la formación que recibieron los antiguos infantes griegos. En la actualidad, es el estado el que planifica e impone lo que se debe aprender en las escuelas. La gratuidad de la educación no sólo se nos presenta como un derecho incuestionable, sino como un recurso con el cual los gobiernos tienen la llave maestra del adoctrinamiento. 

En la Grecia clásica, para fortuna de la infancia, no existían las escuelas. Los ciudadanos pudientes contrataban maestros, los cuales se encargaban de la formación personalizada de sus alumnos. Las asignaturas distaban de las impartidas hoy día en nuestras escuelas, haciendo especial hincapié en el conocimiento de los textos fundacionales de la cultura Helena. Los niños  debían leer y memorizar miles de versos en un ejercicio mnemotécnico impensable hoy en día. Cualquier pedagogo de hogaño desaprobaría tal dispendio memorístico en pro de la poesía, argumentando que las destrezas no se adquieren a base de repetición... Pero los resultados de ambos sistemas de educación están a la vista. Comparemos a un Demóstenes, a un Perícles, a un Timarco, con cualquier politicucho actual; indaguemos en la búsqueda de un Sócrates, de un Platón, de un Pitágoras o de un Arquímedes en alguna de nuestras universidades. La búsqueda será en vano.

Afortunadamente, también vosotros podéis educaros como los antiguos griegos. Para ello no tenéis más que leer sus textos, sus increíbles hazañas y epopeyas, su maravillosa forma de entender el mundo. Sí, si acertáis el reto de hoy dispondréis de la llave maestra para entrar en tan maravilloso mundo.

En el reto de hoy queremos saber:

1. ¿Qué poemas eran de obligado conocimiento para la infancia griega?

2. ¿Quién los escribió?

Pistas: Es tan fácil...

Aviso: Cuando me deis las respuestas intentad poner vuestro nombre. Yo, a diferencia de los griegos, ando escaso de memoria, lo cual me genera situaciones verdaderamente angustiosas cuando vacío mis bolsillos y veo con pavor vuestros anónimos papelitos