sábado, 2 de noviembre de 2013

Omnes vulnerant, ultima necat


Aprovechando el lanzamiento de la biografía de Buñuel realizada por el novelista Max Aub, he decidido dedicar la sección de hoy al mejor director de cine que ha dado nuestro país. 
La mejor forma de reconocer su genio es viendo sus películas, con las cuales uno puede adentrarse en las profundidades del alma humana mecido en una narrativa impecable. Pero no sólo su obra define a nuestro protagonista, también su vida, plagada de avatares, aventuras y momentos inolvidables, son una referencia para todo aquel que desee conocer la historia de la España del siglo XX. 
Fiel a su ideología, Buñuel nunca regresó a España tras la guerra civil. Por este motivo el director aragonés murió en México el 29 de julio de 1983, tras los rigores de una larga y dolorosa enfermedad. Sus últimas palabras fueron para su esposa Jeanne, con la cual había compartido toda su vida. "Ahora sí que muero", musitó mientras expiraba. La frase, sencilla en apariencia, encerraba un profundo sentimiento de angustia para alguien que jamás ocultó su ateísmo. 

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